• Por Reyes Merchán, viceportavoz municipal de Cs en el Ayuntamiento de Zamora y miembro del Consejo Municipal de la Mujer
Llegar a la igualdad real entre hombres y mujeres es responsabilidad de todos y todas

Tras la polémica y desafortunada campaña contra la Violencia de género del Ayuntamiento de Zamora para conmemorar el 25 de Noviembre, día internacional contra la Violencia de género, es preciso que todos y todas reflexionemos y pensemos en el gravísimo problema que nos rodea día a día ya que no cesan las muertes de mujeres a manos de sus maridos, parejas, exparejas. Esta violencia está endémica en nuestra sociedad. Los problemas se erradican de raíz, en este caso desde la EDUCACIÓN indudablemente, por eso vamos a mirar hacia adelante e intentar poner remedio desde todas las instituciones y órganos competentes coordinados para esta lucha.

Con la finalidad de exterminar esta lacra social se hace imprescindible incorporar actuaciones que aporten los nuevos valores de la igualdad, la corresponsabilidad y el respeto de la dignidad humana en todas las fases del proceso educativo, especialmente en las primeras etapas, cuando la influencia socializadora es determinante.

Se trata de que las poblaciones escolarizadas obtengan una educación basada en la igualdad y el respeto mutuo entre mujeres y hombres, para lo que deben tenerse en cuenta tanto los aspectos ligados al currículo de enseñanzas oficial (elaboración de materiales didácticos no sexistas, especial vigilancia para que los libros de texto incorporen modelos e imágenes positivas de las mujeres y de su contribución a la ciencia, al conocimiento y al mantenimiento de las sociedades, elaboración de materias o programas que aborden específicamente la igualdad entre los sexos, y la violencia histórica contra las mujeres como parte de ellos), como los implicados en el llamado currículo oculto, atendiendo a aspectos como la distribución equitativa de acceso a los recursos de los centros y de los espacios escolares, uso de lenguajes e imágenes no sexistas, presencia equilibrada de hombres y mujeres como figuras de autoridad y modelos de conducta no estereotipados, orientación académica y profesional no sesgada por razón de género.

Para poder poner en marcha estas acciones, es imprescindible que el profesorado, y la comunidad educativa en general (familias, personal administrativo, de orientación, de inspección?) haya tenido formación especializada en igualdad entre los géneros, y que los centros cuenten con recursos materiales y profesionales adecuados y suficientes.

En este entendimiento, las acciones han de ir dirigidas tanto a lograr el objetivo de hacer efectivo el trato entre iguales de niñas y niños como a incorporarles habilidades sociales y de comunicación, con el fin de que sepan defender asertivamente sus derechos y resolver sus conflictos con recursos alternativos al uso de la violencia.

Desgraciadamente, todos los días nos enfrentamos a esos “micromachismos”, que nos pasan inadvertidos y que tanto daño hacen y que incluso las personas que estamos más sensibilizadas con la violencia de género no llegamos a percibir. Es por ello, que tienen que pasar varias generaciones para que no se hable más de estos conceptos y eso sólo se consigue con la Educación, pero para llegar a ese punto es nuestra responsabilidad, la de todos y todas, que esto empiece a cambiar y quizá un día consigamos el anhelado deseo de que la “Igualdad sea Real”.