Todos debemos reaccionar ante el grave problema de la despoblación

*Por Maria Cruz Lucas Crespo, portavoz municipal Ciudadanos Zamora

Podía ser un tanto catastrofista el título elegido para este artículo, pero nada más lejos de la realidad si, inmediatamente, no intentamos atajar el grave problema de la despoblación que afecta a nuestra provincia, en general, y a su capital, en particular. Y escribo en plural “intentamos” porque creo que es necesario que haya una implicación tanto de los ciudadanos de a pie como de la parte política, esta última sin lugar a dudas, a todos los niveles. Todos debemos reaccionar ante esta grave situación que se nos presenta, cada uno dentro de sus posibilidades.

Y es que el descenso de la natalidad está afectando a numerosas provincias de la llamada “España vacía”, pero, en la nuestra, Zamora, es donde más se ceba, dando lugar a una sangría demográfica más que evidente. Los datos del padrón que hemos conocido en los últimos días hablan por sí solos. Zamora provincia pierde unos 2.000 habitantes en este último año y la capital se aproxima a los 500.

Asustémonos de verdad. Echémonos a temblar y preguntémonos, de seguir así ¿Cuándo morirá el último zamorano? Quizá esta pregunta nos haga reaccionar. Nos aproximará a la fecha de caducidad de nuestra tierra.

Es tarea difícil revertir esta situación tan agudizada si no se nos asiste en primer lugar, desde el Gobierno Central, al fin y al cabo, esto es cuestión de voluntad política, de que, por fin, se tomen medidas concretas aplicadas en nuestra provincia, medidas para crear empleo de calidad y con este lo demás vendrá rodado. Los niños no nacen en Zamora porque la gente carece de un empleo y los “afortunados” que lo tienen son temporales, con bajos salarios, sin un mínimo de seguridad que les de una mínima perspectiva de una carrera laboral. En esta tesitura nadie puede aventurarse a crear una familia, si es lo que desea.

Mientras esperamos políticas estatales para el resurgir demográfico, algo complicado dada la situación que se nos presenta, no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Hay que intentar llevar a cabo medidas locales que, aunque de menor dimensión, son muy importantes, no tanto para revertir la tendencia, ya que es prácticamente imposible sin un apoyo de instancias superiores, sino para ralentizar, de algún modo la caída de la natalidad. Hay que apoyar a las familias que quieran dar el paso y tener un hijo en nuestra tierra. Prácticamente todos los ayuntamientos con capacidad económica y diputaciones ponen en marcha incentivos o ayudas de apoyo a los nacimientos. En el Ayuntamiento de Zamora, sorprendentemente, no las tenemos. Quizá, los niños que hoy nacen, sean la esperanza que nos quede cuando algún día, esperemos que no muy lejano, se den cuenta de que somos una porción de este país, que también aportamos de la misma manera que el resto de españoles, y nos asistan.

Termino con una reflexión del demógrafo francés, Alfred Sauvy, quien decía que: “Las crisis económicas solían actuar como dinamita mientras que las crisis demográficas actuaban como las termitas. Las dos son capaces de derribar un edificio, pero casi nadie repara en las segundas”.

Sin embargo, las termitas demográficas siguen actuando sin cesar en su empeño…

(*) Concejal y Portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Zamora