Cuando nos enfrentemos a la realidad de una provincia como Zamora no podemos obviar en el análisis el elemento que lo impregna todo, que condiciona y lastra su desarrollo, que explica muchas de las cosas que nos ocurren, que no es otro que la despoblación y el envejecimiento que sufrimos desde hace mucho tiempo, sin que ninguna administración haya tomado medidas, ya no eficaces, sino simplemente medidas.

Cuando llegan las citas electorales, los partidos que han tenido responsabilidades de gobierno, PP y PSOE, vuelven a sacar los mismos remedios, ya prometidos y nunca cumplidos, después de años de abandono de nuestra provincia.

La despoblación no es un problema con una solución única y sencilla, requiere de una estrategia en el que se aborden aspectos muy diferentes, que van desde la fiscalidad a los servicios, pasando por la financiación de las diferentes administraciones o la reorganización de ayuntamientos y diputaciones.

Para Ciudadanos la lucha contra la despoblación y el envejecimiento de la población de Zamora es uno de los pilares de sus políticas, junto con el desempleo, la integridad territorial del país y las reformas estructurales que necesita España (Justicia, impuestos, educación, financiación de las CCAA?). Por eso proponemos políticas reales, considerando la despoblación como un asunto de Estado, sin afrontarla desde posicionamientos ideológicos, y con el compromiso de implementarlas de forma inmediata cuando lleguemos al Gobierno.

Es necesario la elaboración de un Plan Nacional contra la Despoblación. Una promesa incumplida, tanto por el PP en la etapa Rajoy, como por el Gobierno del PSOE de Sánchez, más preocupado de buscar el enfrentamiento políticos en cuestiones que no se traducen en mejorar la vida de las personas

Tenemos que apostar por políticas fiscales que incentiven la permanencia o la llegada de población a las zonas despobladas, estableciendo rebajas fiscales del 60% en el IRPF en los municipios de menos de 5.000 habitantes, todos en Zamora excepto la capital, Benavente y Toro, o territorios con una densidad de población inferior a 8 habitantes por Km2, es decir, Aliste, La Carballeda, Sanabria, Sayago, Tierra de Alba, Tierra de Campos y Tábara.

Hay que establecer políticas que favorezcan a las mujeres del medio rural, por eso proponemos una tarifa plana de 30? al mes, de forma permanente, para las mujeres autónomas que trabajen en el campo. Así como, suprimir el impuesto de sucesiones de las explotaciones agrarias, para que el traspaso de padres a hijos permita la continuidad de la actividad.

De igual manera, para facilitar la permanencia y la llegada de población es inaplazable mejorar y extender las infraestructuras de conexión a Internet en las zonas despobladas, otra de las grandes promesas incumplidas por el PP y por el PSOE.

Junto a estas políticas fiscales y de infraestructuras es necesario implementar medidas eficaces de fomento de la natalidad, ayudas a las familias, conciliación y mejora de las prestaciones de servicios públicos como la sanidad y la educación, con la mayor calidad posible.

No podemos olvidar que mientras estas políticas se implementan y surten efectos, en las zonas donde la despoblación está presente, viven personas, que tiene derechos iguales a los que viven en territorios con densidades de población más altas. Es el momento de empezar a hablar, no solo de mantener y fijar población, sino de gestionar con eficiencia la despoblación, porque vivir en una zona despoblada no puede convertir a nadie en ciudadano de segunda.

Con estas medidas, el abandono de las zonas rurales se convertirá en una opción voluntaria y permanecer en el medio rural será una alternativa de futuro para jóvenes y mayores. Solo así podremos empezar a pensar en una salida a la situación actual, que va abocando a Zamora a una atonía social y económica, obligando a nuestros jóvenes a buscar un futuro fuera. No podemos permitir que haya más zamoranos y zamoranas fuera de la provincia que en ella, por ello ha llegado el momento de apostar por políticas reales y compromisos de verdad. Estamos ante una de nuestras últimas oportunidades.

(*) Por José Antonio Bartolomé, Candidato de Ciudadanos al Congreso